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Diseño, cultura alimentaria y desarrollo

Diseño, cultura alimentaria y desarrollo

  Ángela Rodríguez -

  24 de noviembre de 2021

¿Cómo el diseño puede llevar a un diseñador a probar hormigas y ver pinturas rupestres en la puerta del Amazonas? y ¿para qué?

El diseño social si bien nos permite como diseñadores abrirnos a diferentes comunidades, contextos y experiencias, el probar alimentos desconocidos, ver árboles que se abrazan entre ellos y las huellas de una danta en la puerta del Amazonas no es la excepción. En este artículo veremos desde un caso real, cómo la cultura alimentaria y el desarrollo local, son puertas que el diseño puede tocar para aportar valor a un proceso y dejar huella en el territorio.

Se podría decir que una característica comportamental del diseño es dividirse, subdividirse y crear entramados metodológicos que finalmente buscan aportar valor a los diferentes procesos creativos a los que nos enfrentamos a diario; el food design es en parte un resultado de esto, pues algunos casos dan cuenta de herramientas, técnicas o metodologías propias del diseño que son empleadas durante el proceso. Ahora bien, food design se puede entender como cualquier acción que realice el ser humano para mejorar su relación con los alimentos, y vale la pena hacer énfasis en que Latinoamérica viene con retos propios tan diversos como lo son las culturas y territorios que la componen, así como lo dice la Red Latinoamericana de Food Design:

Food Design en Latinoamérica es una visión construida para avanzar hacia una mejor calidad de vida en relación al alimento y todo lo que este implica, desde lo básico y vital que es nuestra conexión con él, hasta la infinidad de consecuencias inherentes a la comida y el comer, como la salud, cultura, identidad, producción, economía y demás. 2021

Comprendiendo este contexto, cuando la CMMC se topa con el food design y la oportunidad aportar al desarrollo productivo de comunidades con emprendimientos de alimentos en el Guaviare, ocurre algo maravilloso, pues desde nuestro quehacer en fortalecimiento socioempresarial siempre buscamos al mejor aliado para complementar nuestra metodología con el fin de ajustar nuestros procesos a las comunidades con las que trabajamos, desde un entendimiento holístico de sus necesidades y el impacto local que puede generar nuestra intervención para atenderlas, es por eso que el food design fue la respuesta en esta oportunidad.

Es así como se llevó a la realidad “Gastronomía, Cultura y Tradición para el Guaviare”, un proyecto en el marco del programa Territorios de Oportunidad financiado por USAID, que a partir de su componente Gastronómico, se puso la tarea de fortalecer los negocios de 8 emprendedores y llevarla más allá desde la bandera del food design en Latinoamérica, comprendiendo al Guaviare como un territorio atravesado por la gran diversidad amazónica y el conflicto interno del país, un lugar donde confluyen culturas indígenas de tradición amazónica y colonos de diferentes regiones de Colombia, boyacenses, antioqueños, llaneros, chocoanos y más, lo que representa la carga de un patrimonio asociado a la cultura alimentaria tan diverso que lo hace especial y atractivo. Ese fue nuestro punto de partida para plantear una metodología que a modo de laboratorio, gracias a la versatilidad del design thinking y el diseño estratégico nos permitió identificar hitos de intervención claves para llevar a cabo un proceso de fortalecimiento en donde surgiera una Red gastronómica con una oferta de valor tan atractiva, que le hiciera justicia a la promesa turística que es hoy en día el departamento del Guaviare.

Hito 1- Inventario de la cultura alimentaria: La clave en este primer hito es maravillarse; recolectar historias, recorrer lugares icónicos del territorio y sobre todo compartir con personas portadoras de tradición en sus cocinas. Aquí el ejercicio de cocina se convierte en una excusa para recolectar información valiosa para registrar en un inventario de la cultura alimentaria que atraviesa a este departamento tan característico (ingredientes, productos, preparaciones, recetas, productores, artesanos…) y lo más importante, conectar con la comunidad para dar paso a la confianza. Este inventario será el punto de partida del siguiente hito, al ser una biblioteca de inspiración.

Hito 2 - Fortalecimiento de la oferta gastronómica: Definir oportunidades de intervención en el producto y sensibilizar a la comunidad sobre el significado de lo que es valor y concepto, es el punto de partida de este hito, a partir de esto comienza el proceso creativo con cada unidad productiva, aquí CONECTAR, CREAR Y PROBAR se convierte en un circuito de trabajo colaborativo y participativo que busca arrojar diferentes propuestas gastronómicas cargadas de significado y sabores tanto tradicionales como innovadores en su preparación y presentación.

Hito 3 - Compartir: Nada de esto valdría la pena si no se diera a conocer y no se pudiera transmitir a otras personas tanto del territorio como fuera de él, razón por la cual se plantea un espacio para llevar a cabo un Encuentro de Sabores y Saberes, donde se visibilice esta gran labor, se posicione al departamento a partir de la diversidad en su oferta gastronómica y se abra paso a nuevas personas que quieran pertenecer a este maravilloso proceso.

Con todo esto, solo queda resolver el ¿para qué?, ¿cuál es la finalidad de este gran proceso?. Conectando la necesidad principal del Programa y con el propósito del food design en Latinoamérica, este proceso responde al gran propósito de aportar al desarrollo económico local, pues si bien el Guaviare se ha destacado como uno de los nuevos y prometedores destinos turísticos en Colombia, esto implica que las cadenas de valor asociadas a la del turismo encuentren una oportunidad para articularse y responder a una demanda con sed de experiencias, aventura y nuevos recuerdos tan únicos como lo es el mismo departamento. Es así cómo desde el diseño, la cultura alimentaria y el desarrollo podemos ver cómo se construyen nuevas historias de vida tanto para aquellos que son beneficiarios del proceso, como para los que lo guían y facilitan, pues no es fortuito que un diseñador o diseñadora llegue al Guaviare y pruebe hormigas manivaras o vea las pinturas rupestres de Cerro Azul sin propósito alguno, y en este caso qué mejor que un propósito social.